La percepción predominante es que algunos políticos actúan sin escrúpulos, poniendo intereses personales o partidistas por encima de las necesidades de la nación.

Patria traicionada por intereses egoístas

Numerosos peruanos sienten que la patria, representada en el pueblo y en sus recursos, es continuamente traicionada por acciones que no buscan el beneficio colectivo. Corrupción, promesas incumplidas y un escaso interés en solucionar los problemas estructurales del país han alimentado esta desconfianza generalizada.

La pregunta más frecuente entre los ciudadanos es: ¿Cómo es posible que quienes juraron defender a la nación ahora actúen como sus principales detractores? Las respuestas son complejas y, en muchos casos, dolorosas, apuntando a una falta de liderazgo ético, formación cívica y rendición de cuentas.

Justicia más allá del mandato

Ante este panorama, surge una propuesta contundente desde la indignación popular: que los políticos sean juzgados por sus actos al finalizar sus mandatos, sin posibilidad de prescripción de sus delitos. La inmunidad política que les ampara en muchos casos ha devenido en impunidad, creando un círculo vicioso de corrupción e irresponsabilidad.

La idea de que las penas por corrupción "nunca deben morir" está cobrando fuerza entre diversos sectores sociales. Esto implica no solo una reforma al sistema judicial que permita investigar y procesar a funcionarios después de dejar sus cargos, sino también un cambio cultural que priorice la ética en el servicio público.

Una luz de esperanza

A pesar del descontento, el Perú también cuenta con ciudadanos comprometidos y líderes emergentes que buscan hacer política de manera distinta. El reto es monumental, pero no imposible. Recuperar la confianza de la ciudadanía requerirá acciones concretas, una firmeza implacable frente a la corrupción y, sobre todo, un liderazgo basado en principios patrióticos.

En medio de este desolador paisaje político, la sociedad peruana exige justicia y cambio, elevando un mensaje claro: la patria no es propiedad de unos pocos, sino de todos sus hijos, y quien la traición deberá enfrentar las consecuencias.

Por un Perú más justo y responsable, la transformación comienza con cada ciudadano. 

Dimas Perú 

Embajador de la Paz Mundial